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Daniel Felipe García Pulgarín
Es la regla de oro, para evitar problemas. Desde el señor que pregunta por los buses de Buenos Aires en la avenida oriental y que luego dice ser un miliciano de los grupos delincuenciales de la ciudad para robar a los ingenuos . Hasta la señora que pide dinero para ajustar para un eterno viaje a Betulia que nunca hace, desde la estación Sabaneta y Caribe del metro de Medellín . En la calle desconfía del paralítico y el sordo también del pobre, necio e ignorante. Ellos carcomen el alma del ingenuo con la mentira.
