Mi regla de oro es no hablar con nadie en la calle, y no detenerme o distraerme en el camino . Si no practicara eso de ignorar a la gente que me habla en la calle , creo que ya me habrían secuestrado unas tres veces .En este mundo se observan muchas personas dementes en busca de causar daño a las demás personas. Lo mismo llevo a la práctica con las llamadas que me hacen desconocidos al celular. Si no están en mi lista de contactos registrados en WhatsApp y celular no les contesto y simplemente los ignoro. Y es que los grupos delincuenciales tienen la costumbre de señalar a sus potenciales víctimas y los llaman a estorsionarlos y pedirles vacunas utilizando amenazas. Sólo los ingenuos caen en las garras y estrategias de los delincuentes. Jóvenes no crean en las batidas del ejército y la Policía en el sistema Metro de Medellín. Muchas veces la delincuencia se disfraza de mansas palomas para ejecutar sus planes macabros. Los falsos positivos no habrían tenido lugar en Colombia, de no ser por la ingenuidad y la falta de malicia indígena de las víctimas asesinadas. Ellos simplemente fueron en busca de una oportunidad laboral engañados por la delincuencia dentro del ejército y la policía nacional.
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